[En Almería se cuenta…] – Doña Paquita, ecologista pionera.

Francisca Díaz, Doña Paquita, fue dueña y alma de la casona vasca de Almería. Nacida en Corella (Castellón) en 1911, llegó a cumplir 103 años en Almería. Estuvo casada con José González Montoya, de familia de industriales, banqueros, exportadores de uva, navieros y terratenientes de la zona; y por ello los González Díaz fueron prácticamente dueños del Cabo de Gata, que preservaron con sensibilidad y amor. Su gestión alejó esta tierra natural, de la especulación urbanística.

Ejemplo de ello fue, en los años 70, la modificación del trazado de la Autovía del Mediterráneo que habría pasado por la Bahía de Genoveses y aumentado rápidamente el precio de sus terrenos. Sin embargo, la familia batalló para conseguir alejar la autovía del paraje más virgen de Andalucía. Conseguido esto, trabajaron para crear unas normas de defensa medioambiental en la población de San José.

Con su marido, Doña Paquita recorrió medio mundo, conoció a la Reina de Inglaterra y aprendió el hábito del té diario a las cinco. De hecho, en esta Casa Vasca donde residieron -encargada por su suegro en 1928 al arquitecto Guillermo Langle- hasta poco antes de morir solía tomar su té a las cinco de la tarde, mirando por el gran ventanal el latido de la vida de Almería.

De las paredes de la mansión colgaban retratos familiares, de los techos arañas de cristal de bohemia  y por las estancias había sillas versallescas, cortinas de raso y muebles de caoba. En la primera planta se celebraban las fiestas y puestas de largo de la alta sociedad local, las fiestas de Carnaval y las de fin de año. Se sabe que había una alcoba con retrete dorado y que fue utilizada por magnates, clérigos y aristócratas.

Ya viuda Doña Paquita promovió una de las primeras fincas ecológicas en Almería, El Romeral, con carácter cerealista y ganadero, donde se cultivan de forma tradicional 600 hectáreas y una ganadería de cabra blanca celtibérica con mas de mil cabezas. En sus tierras se abrió una fábrica de cuerda de crin vegetal, y se utilizó una reserva de riego para la alimentación del ganado. En 1973 vendió 3.000 hectáreas a la multinacional Michelin para su Centro de Experimentaciones, que aún sigue abierta y respetando las condiciones con las que se vendieron para no alterar el ecosistema tan frágil como especial de las tierras, hoy Parque Natural.

En la década de 1980, doña Paquita dona la Casa Vasca al Ayuntamiento de Almería, para que tras su muerte se transformase en centro cultural: el actual Museo de Arte Doña Pakyta.

Doña Paquita fue la única almeriense distinguida como Hija Predilecta de Andalucía, como reconocimiento por haber preservado 3.000 hectáreas y 17 kilómetros de costa en el Cabo de Gata hasta Cala Higuera.

Escrito por Ricardo Rodríguez (marzo 2019)