Los ciclos vacacionales tradicionales se han caracterizado por guiarse según las estaciones climáticas, y todo el programa de rutinas laborales y escolares, también claro. Como es natural.
A la vez que el mundo se globaliza, se diversifica. La estampa de miles de familias montadas en sus 600, yendo desde Madrid camino de la costa y paradas en la A3 pertenece a un momento en el que no se conocía la globalización, y aun así todo eran patrones compartidos. Ahora, las aglomeraciones ocurren, pero todo el año y en casi todas partes, porque el patrón es muy diferente. No será porque las estaciones climáticas están desapareciendo, ni será porque también desaparecen cada vez más las rutinas laborales, más bien será porque nosotros cambiamos nuestros hábitos y lo demás es adaptación.
¿Qué hacemos ahora? Viajamos, siempre que podemos: destinos exóticos, city-trips, escapadas, al otro hemisferio que allí es verano, a la nieve, improvisamos… esta semana hacemos puente, a los mercados de navidad, a celebrar el año nuevo chino, al world pride, al euro pride, a ver un partido, a un festival, a pillar una ola, de despedida de solter@s, a ver a unos colegas que se han ido a Tombuctú… Todo el año está disponible, los motivos varían, pero siempre estamos a la búsqueda del próximo destino.
El clima, lo dejamos de lado. O ¿qué esperas? ¿Ir a Londres y que no llueva? ¿A Islandia y pasar calor? ¿A Indonesia cuando no haya monzones? ¿Al Caribe sin huracanes? Da igual, cada vez somos más atrevidos, después de todo, allí también vive la gente, y luego se pone más caro.
Viajamos para descansar, para festejar, para enriquecernos, por cultura, por motivos familiares, por trabajo…siempre quedan unas horas para el turismo. Viajamos porque nos gusta descubrir, y compartir. Esto lo saben los promotores turísticos y por eso buscan soluciones que provoquen la “desestacionalización” de los ciclos turísticos.
En el año 2017, en España es imposible articular una estrategia de organización en destino que sea capaz de atraer y satisfacer a nuestros visitantes, sin comprender la complejidad social de nuestro entorno y la diversidad en los intereses del público. La diversificación de la oferta turística es clave, y pasa por una redefinición de los recursos como puntos de atracción. Nuestro mayor potencial: el ocio, el paisaje, la cultura, y la gastronomía.
En MyStreetBook, nos hemos encargado de todo ello, y conectamos a los ciudadanos y visitantes sólo con puntos de destino que responden a sus preferencias y se adaptan a sus condiciones, que son cambiantes. La estacionalidad vacacional es un problema con solución, y evitarlo es una necesidad para hacer un uso sostenible y menos intensive de los recursos en destinos turísticos.